Ha sucedido a lo largo de la historia del hombre, que éste se ha visto puesto a prueba en diferentes situaciones, al punto de llevarlo a reaccionar y comprometerse con causas que han sido individuales o colectivas. Y tal vez es esa convicción lo que lo hace cometer errores, o actuar convencido de estar provocando cambios en su forma de vida.
Los hechos acaecidos en el mes de Diciembre y Enero de 2014 y 2015 respectivamente, hablan a las claras, del hartazgo de un pueblo, cansado de una sensación de inseguridad,ante hechos que datan de mucho tiempo atrás y que alimentaron un desánimo e impotencia transformándolo en movimientos que exigían respuestas para un cambio institucional. Eso llevó a caminar por las calles del pueblo bregando por un objetivo que a todos nos concierne: JUSTICIA.
El caso María Eugenia, fue el detonante de una bomba que venía acumulando tanta porquería social al punto de resultar comprensible (aunque no justificada) la violencia con que algunos vecinos manifestaron disconformidad por el accionar de las fuerzas de seguridad pública.
Pero todo tiene un comienzo y una desenlace. Fue el señor V. quien acudió a los medios, en busca de la atención lógica por obtener el paradero de su hija, y es algo natural que un padre haga eso por sus hijos. Los medios, fagocitaron el deseo de solidarizarse con esta familia que sufría ante esta situación, manifestando la indiferencia de representantes de entidades públicas ante su pedido desesperado. Fue a través de los medios, que la masa social automáticamente hizo correr el pedido para que apareciera esa madre. Fue entonces cuando el pueblo despertó. Un pueblo que se lo considera especial, por el silencio que lo envuelve aun viendo cómo políticamente se le miente una y otra vez de forma demagógica en todas las instituciones que rigen su vida social.
Este despertar, significó movilizaciones. Estas movilizaciones, significaron llamados de atención y como resultado se obtuvo cambios parciales que amortiguaron el malestar general. Policías trasladados, calmaron la bronca.Una investigación que tuvo una proceso plagado de negligencias e irregularidades, mostraron la verdadera cara de las falencias del órgano de seguridad. En medio de este problema, un intendente que se enoja y manifiesta su fastidio por la presencia de un letrado de bandera política opositora. Una puja por ver quien tiene el poder para figurar en medio de tanto dolor y obtener rédito político en vista del año electoral que se viene. Un gobernador, que ofrece la estructura de seguridad para un problema que llevó 20 días de demora para obtener resultados, cuando asomaban sospechas desde el primer momento. Una conferencia de prensa, donde se presenta y confirma a Villanueva como abogado querellante.
"No hagan política con la muerte de mi hija.." expresó el padre de la mujer en medio de la manifestación cargada de violencia al saber que se había hallado el cuerpo sin vida. Luego llegó el momento de aleccionar a los medios, reprochándole el libre accionar de opinión. Y mas tarde, agradecer a las instituciones por su labor en todo el proceso de investigación, concluyendo con la comunicación a un medio provincial-nacional negando al letrado presentado en la conferencia del 2 de Enero ante medios locales, como abogado de la familia.
Fue entonces cuando el desconcierto empezó a ser general:¿ahora todo está bien? el cambio de discurso fue claramente notorio, al punto que la confusión arrojó como resultado el rechazo de mucha gente por esta actitud. No es la gente la que hace política con lo sucedido, sino que inevitablemente las desafortunadas expresiones y acciones, dejan a las claras que el poder político ha incidido en el mensaje que primero tuvo un tinte, y luego con la aparición del cuerpo tuvo otro.
Tal vez me equivoque en mi apreciación, pero muchos actuaron incentivados por la injusticia que se vio desde el primer momento, y se indignaron al ver que se los acusó por luchar en pos de la solidaridad (Aclaro que los hechos de vandalismo y violencia fueron aprovechados por un grupo de personas que siempre han estado enfrentados a la policía y que aprovecharon la oportunidad para hacer de las suyas) dejándolos con ese sabor de entender el porqué no vale la pena comprometerse.
Mas allá de eso, este cambio repentino, ha despertado un malestar en la sociedad canalsense. Uno puede intentar colocarse en lugar del señor V., y puede entender que ahora está respaldado por el poder político y eso lo tranquiliza. El tema en cuestión es que él no puede acusar a nadie de hacer política, cuando él mismo ha mezclado las cosas. Tal vez sin darse cuenta. Tal vez inducido por la necesidad de hallar a su hija. Tal vez con la seguridad de que ya la justicia tiene todo resuelto....tal vez tantas cosas...pero no puede darle la espalda a quienes desde su compromiso han provocado que quienes deben trabajar por la seguridad de los vecinos lo hagan con la responsabilidad debida. Hoy, V. no quiere mas marchas, pero otros familiares llaman a marchar, haciendo mas profunda la confusión sobre lo que se quiere hacer.El juicio social es terrible, y se hace sentir de forma implacable. La hora de la confusión se ha detenido en este punto, y es difícil digerir el cambio de discurso, donde el pueblo actuó de buena fe pero con la intervención del poder político termina siendo juzgado de mala manera. Pero mas allá de este cambio que provoca una fea sensación, aun tiene como bandera un mensaje claro, único y a viva voz: TODOS QUEREMOS JUSTICIA ....y ese deseo nadie lo puede cuestionar.
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