Sixto acomodó su gorra desgastada por el uso. Su mirada se hallaba mirando el vacío, tal vez revolviendo cada minuto del recuerdo que su memoria atesoraba. El frío de esa mañana, lograba arrancar de su boca el vapor de ese cuerpo que intentaba resistir el paso del tiempo y que se compensaba con el movimiento rítmico que exige y demanda la tarea de recolección de residuos. Sus mejillas, enrojecidas por el frío, tenían estampada las huellas de toda una vida de esfuerzos y sacrificios de trabajador dedicado a su tarea. Su andar, con ese vaivén de cada paso y las facciones de su cara,eran como sacados caricatura en escala real.
Subía y bajaba del camión arrojando los desperdicios de cada familia de la ciudad. La agilidad con que se desplazaba, sorprendía a más de uno,cuando en medio de cada charla confesaba que había llegado al período previo a su jubilación.Tranquilamente podía sostener el ritmo a la par de un joven de veinte años.
Baja, rescata la bolsa prisionera del canasto que se halla en la vereda, y gira saludando al transeúnte, pero de repente siente algo que le hace tropezar provocando una fuerte caída y un doloroso golpe. Su compañero ha visto la acción y acude rápidamente a levantarlo, mientras murmura:
-Lo único que me falta: que por un tropezón me lesione como si fuese un nene.
Se reincorpora sacudiéndose la tierra y acomodándose para continuar la tarea. Vuelve a mirar el vacío, buscando relacionar ese momento con algo, un suceso de su pasado...y de repente, como un libro que se hojea hasta detenerse en una página específica, suspira y mira sonriendo:
- Casi me lesiono. Yo! que tanto jugué al fútbol, que era rápido y habilidoso con la pelota, que recibí un montón de golpes, casi me lesiono
Gesticulaba, y su rostro dibujaba muecas como si admirara a alguien mas, sabiendo que era a él mismo. Empezaba a notarse cierto aire vanidoso en su voz. La emoción empezaba a invadirlo y su corazón se envolvía de cierto entusiasmo para revivir ese recuerdo:
- Me acuerdo cuando jugaba de "centrofobal" para Bremen y enfrentábamos al mejor equipo de la liga.
Se nota claramente que está situado en un campo de juego, abre sus brazos para graficar que las instalaciones están repletas de público.
- Estábamos cero a cero, y el partido era duro. Sarmiento (el equipo rival) tenía unos "jugadorazos" que nos complicaban mucho. Yo iba y venía sin dar abasto en la defensa. De pronto el aquero atajó y el referí cobró córner. Me paré en medio del área para ver si podía cabecear.
Su voz se eleva en un tono gracioso, porque intenta contagiar el sentimiento transmite la adrenalina que produce la lucha contra algo que resulta imposible vencer.
- Patean el córner, pero la pelota venía alta, así que como no podía cabecearla, hice una pirueta en el aire como Pelé. ¡Me mandé una media chilena hermosa!. En ese momento con sus manos dibuja la conocida media vuelta en el aire mientras completa parte de su vivencia diciendo:
- Todo el mundo gritó..GOOOLLL!!!!
Era obvia su felicidad por aquellos juveniles años. Era difícil no imaginarlo con la euforia que en su vida jamás se borraría, porque sus ojos brillaban y su sonrisa era un gesto pleno de placer. Tal vez le faltó completar la información a su relato. Quizás la alegría de la conversión de un gol y lo que significa ese instante en todo deportista, le llevó a "olvidar" decir en qué ubicación del campo de juego se produjo la acción. Mi pregunta no se hizo esperar, buscando demostrar mi curiosidad por el relato:
- No me diga nada...la gente feliz con semejante gol- le dije, y ampliando su sonrisa,cambiando su mirada a la cual le agregó un guiño, su voz en medio de un sonido gracioso dijo:
- Me querían matar...fue gol en contra, la clavé al ángulo, y perdimos el partido.
El centrofobal, había fallado, y todo resultó un momento tragicómico,donde ni el tiempo, ni los años, borrarán lo ocurrido aquel día.
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