Tiempo atrás,estaba haciendo mi programa de radio de los días sábados por FM Del ALMA, cuando recibí un mensaje de una oyente, en el cual me decía que había una mujer que nunca había sido homenajeada junto a los ex-combatientes de Malvinas y que no había recibido mención alguna a lo largo de todo este tiempo.
Me quedé pensando y varias veces tuve el impulso de llegarme a su modesto domicilio, pero quiso el destino que la encontrara en la calle: pasitos lentos,con una bolsa re en su mano izquierda y debajo de su brazo derecho su monederito,desgastado por el uso. Fue automática mi reacción y ante mi cordial saludo se detuvo con un piropo simpático que me sonrojó y causó cierta gracia por su sonrisa cómplice.
- Buen día doñita! (aún no sabía yo su nombre) ¿cómo le va?
- Y...con semejante churro que viene por la calle, cómo puedo andar?
Miré hacia mis costados haciéndome el desentendido y preguntándole dónde estaba ese churro, y coincidiendo en carcajadas me dice: "está justito frente a mi".Ante mi pregunta del tema que me llevaba a entrevistarla con un cantito de una cancioncita infantil y simpática me dice "yo soy la dulce niña de Canals..."
Simpática esa mujer,al cual el tiempo no había perdonado en su apariencia, y que demostraba en cada rasgo de su rostro una vida que no había sido para nada fácil, pero que aún en su lucha se había forjado en su rebeldía.
Le pregunté si ella había sido parte de la gesta de Malvinas, y metiendo su mano en su monedero,exhibía sus credenciales de enfermera ayudante general del Hospital Militar. Su nombre:Rosa Carranza. La respuesta fue:
-"Estuve a punto de ir al sur. Yo estaba en el Hospital Militar de Palermo, y habían dado la orden de partir hacia el sur para ayudar a los soldados que iban a la guerra, pero antes de que eso pasara, mi superior vio mi nombre en la lista y dijo - a ella no me la lleven,es mucho más útil acá que allá- y bueno, quedé en buenos Aires. "
Su entusiasmo al hablar,denotaba que estaba contenta.Al parecer podía contar lo que vivió en esos tiempos, y es como que desahogaba sus vivencias con sus sensaciones.
-Venían mis superiores y me decían: salúdeme! soy su superior!- y yo le respondía que yo era mujer y que eran ellos los que me debían saludar, lo que me valió varias veces el llamado de atención de mi jefe (el cual se llamaba Roberto,pero no recuerda su apellido, sino que era un mayor del ejército) el que me decía: Rosita, Rosita...portáte bien,no me hagas renegar...saludálos y listo".
Me contó de su dura infancia, nacida en Canals, perdió a sus padres de chiquitita, y que a los cinco añitos partió a Bs. As. a cargo de su hermana mayor y su cuñado. Con el tiempo, la desaparición física de quienes se habían hecho cargo de ella, también fallecieron y quedó sola. Algunas veces se sentaba en la plaza y la gente le preguntaba si había comido: "si,ya comí un sanguchito"era su respuesta, cuando en realidad llevaba buen tiempo sin bocado. "Sólo Dios y mi madre sabe por lo que he pasado", reitera en varias partes de la charla.
Se produce su ingreso como enfermera en el hospital militar, y es ahí donde inicia su carrera a sus veinticinco años.
Ante mi consulta sobre si la guerra en cierto modo llegó al hospital de Buenos aires, brindó un comentario desgarrador:"si...yo he visto llegar los cuerpos de muchos chicos y también pedazos de algunos de ellos...a muchos los acompañábamos porque volvieron mal psicológicamente, y lo peor es que no nos dejaban avisarles a los familiares que esos chicos habían muerto. Pero aún así, yo protesté varias veces,y mi superior me frenaba una y otra vez...yo los reputeaba porque no estaba de acuerdo"
Le pregunté porqué nunca se animó a formar una familia "yo tuve un novio una vez, y como él tenía otra chica a la que dejó embarazada, y le pegaba cada paliza, yo tuve miedo de encontrarme con uno igual y por eso quise quedarme solita.."
Ante mi pregunta sobre qué siente sobre el tema Malvinas, no dudó en comentar que "me parece bárbaro que hagan actos por estos chicos, porque se merecen eso y mucho mas. Lo que no estoy de acuerdo es que enseñen inglés en los colegios: que enseñen francés,Italiano o que enseñen mejor el castellano,porque hay muchísima gente que no sabe hablar ni escribir bien el idioma propio." Me causó sorpresa cuando al consultarle sobre la bronca hacia los ingleses me dijo "Yo les decía a mis jefes, tráiganmela a la Tatcher y métanme en una pieza con ella sola y va a ver cómo le va conmigo en lugar de matar a nuestros muchachitos.."
Al finalizar la charla, volví a preguntarle si se sentía olvidada en cuanto a los homenajes por Malvinas, y su respuesta fue contundente:"yo fui parte,pero el ejército se encargó de no dejarme en un escenario mas visible (por poquitito)...pero el homenaje se lo merecen ellos,que lucharon por gente que hoy no los valora como se merecen.."
Ya despidiéndome,le pregunté sobre cómo veía a nuestro pueblo, me sonrió y dijo "Canals puede progresar porque tiene todo para eso,pero mientras no haya gente que tenga respeto en el trato, y no haya educación en ese sentido, no vamos a ir a ningún lado. Los que tienen cargo se creen saber todo, y no es así.Hay que ser educado y cuidarnos entre todos.Siempre dije que cuando me jubilara volvería a mi pueblo,porque acá puedo andar libre y no encerrada como en la gran ciudad.Se extraña el pueblo cuando uno está lejos."
Agradeciéndole el tiempo dedicado a mi entrevista con un ,"Mil gracias de corazón Rosa" ella si titubear y con su vocecita graciosa me retrucó cantando alegremente su "Soy Rosita,la niña dulce de Canals..."
Y con un beso, se alejó,hacia la panadería de la esquina, para cumplir con su mandado cotidiano... Personajes de nuestro pueblo,con sus historias a cuestas,y que poco a poco iré recopilando y descubriendo...Doña Rosa, o mejor dicho; Rosita,la dulce niña de Canals.
No hay comentarios:
Publicar un comentario