viernes, 2 de enero de 2015

EL DESPERTAR DE UN PUEBLO



El letargo llegó a su fin. La idea de permanecer callados ante la impunidad, poco a poco se va diluyendo, provocados por una serie de hechos que han socavado la pasividad institucional a la hora de actuar acorde a las circunstancias.
El silencio es cómplice de quienes miran para otro lado, creyendo estar a salvo de la inseguridad creciente en un pueblo tan chico,y donde todos somos blanco de cualquier episodio doloroso que atente contra la armonía social. No se puede ser indiferente a todo, porque el todo alguna vez nos afectará a nosotros o a nuestros afectos. 
La desaparición de María Eugenia Villafañe, ha sido la gota que colma el vaso. Los antecedentes históricos nos dejan un sabor en la boca a la hora de hablar de justicia, y nos hacen replantear hasta qué punto somos un pueblo dócil y sumiso ante los poderes que en lugar de protegernos y brindarnos el bienestar, nos extorsionan permanentemente por esa cuota de poder, con la excusa de estar ofreciendo su máximo potencial, el cual resulta en todos los casos insuficientes.
En la memoria del pueblo, aun está fresco el triste episodio que tuvo como víctima a nuestro vecino el "cordero" Cocordano. Allí tras una movilización espontánea y presurosa, con la presencia del jefe comunal, quien a la cabeza generó la pronta resolución del caso, el pueblo se levantó pidiendo y reclamando justicia. 
Tras ese hecho impactante, Canals ha sido víctima de continuos hechos que han atentado contra la seguridad y armonía, y ha tolerado hasta el límite situaciones de descontrol institucional, que lastiman una y otra vez la sensibilidad social de la comunidad. En medio de ese descontrol, se han sucedido víctimas, de todo tipo, como muertos y heridos. Hace 8 (ocho) años atrás, una mujer fue vista por última vez, y mas allá de la denuncia efectuada por la familia, la indiferencia del pueblo sumado a la quietud de la justicia, permitió que no se produjera una investigación en profundidad y hasta el día de hoy no se sabe nada de ella.
Casos resonantes en el sentido de impacto social, que han mellado el sentimiento del pueblo, y que han llevado a pensar cuán especial es el canalsense, que no reacciona a menos que se lo sacuda y empuje para que participe en los cambios que imperiosamente se necesitan. Casos que resultan como puntos de referencia para graficar en una tabla, hasta qué punto se toleran ciertas cosas. Y es precisamente la escalada de hechos delictivos los que provocan esta reacción. 
El 11 de Diciembre de 2014, desaparece en horas de la madrugada, María Eugenia Villafañe, quien deja en su casa a sus cinco hijos para salir a la vereda atendiendo un llamado telefónico, siendo la última vez que su hija mayor la ve. Desde ahí, surgen los interrogantes del cual nacen innumerables conjeturas. Los rumores se suceden una tras otro, careciendo en alto porcentaje de veracidad y dañando la sensibilidad de un pueblo que brega por una vecina. Es triste pensar que durante la dictadura hubo desaparecidos por la acción del terrorismo de Estado, y que hoy las voces que reclaman por esas víctimas sigan gritando sus nombres, mártires de una lucha por una ideología de libertad, oponiéndose al sistema opresor, se confundan con el grito de justicia por desaparecidos en épocas de la libertad ya lograda. Duele saber que los desaparecidos en Democracia no tienen responsables declarados, siendo fantasmas que hacen replantear hasta qué punto somos vulnerables. Nadie de nosotros está a salvo, y eso es mas que alarmante, angustiante. 
En Canals, los referentes institucionales dicen estar trabajando. El tema, es que la gente no soporta mas este tipo de mensajes demagógicos, porque las palabras no se reflejan en hechos desde hace muchísimo tiempo. Resulta inadmisible la ausencia de órganos locales  que en momentos de tranquilidad salen a golpearse el pecho sobre su existencia, y en estos momentos importantes brillen por su ausencia.  Resulta inexplicable, que ante un año electoral, el "NO TE METÁS" sea la moneda corriente elegida. No se trata de sacar réditos políticos, sino de sentido común. es tiempo de dejar los intereses políticos de lado y poner en juego el interés colectivo de reclamo por la aparición de una canalsense.
El pueblo empieza a despertarse. El pueblo se ha cansado de permitir que se lo siga exponiendo a situaciones de angustia permanente, y donde lo que creíamos que solo pasaba en los noticieros de las grandes ciudades, hoy nos toca vivirlo en carne propia. 
La solidaridad de un pueblo para con una familia devastada ante el pedido de esos niños por su madre, comienza a ser mas fuerte. Canals podrá ser un pueblo especial, pero cuando se pronuncia, es porque ya no aguanta mas. 
Obviamente, existen aquellos que minimizan todo. O aquellos que sobredimensionan, inventando y fabulando rumores, "tocando de oído", sin pensar en cómo se sentirá la familia ante la repercusión de sus comentarios.  Es necesario en momentos tan importantes como estos, actuar con responsabilidad.Es de buen ciudadano callarse y esperar un informe oficial, porque sólo así aportaremos positivamente.
Pero de todo este asunto, lo rescatable, lo importante y positivo, es que un pueblo empieza a despertarse...un pueblo que dice BASTA a la impunidad, un pueblo que reclama seguridad y control, un pueblo que hoy, pide,ruega,clama una consigna: MARÍA EUGENIA DEBE Y TIENE QUE APARECER.

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