A lo largo de la historia, la humanidad ha luchado contra las diferencias permanentes, buscando siempre un referente para la dirección y la conducción de los destinos del grupo colectivo. En determinados momentos, quienes se erigieron en líderes lo hicieron por imponer la fuerza bruta y su capacidad de astucia queriendo convencer de su legitimidad en esa función.
Nuestro país, se caracteriza por varios momentos donde la brutalidad y la barbarie fueron protagonistas de una legitimidad ficticia que sólo sectores oscuros fueron capaces de avalar. Fue en la elección presidencial de Arturo Illía donde el resultado lo catapultaría al poder, pero con una característica: la proscripción del peronismo hizo que la masa electoral se volcara al voto en blanco por el hacho de prohibir la participación del justicialismo en dicha contienda política.
Con estos datos estadísticos, cabe entonces aseverar, que ganar una elección con prohibiciones o basados en imposiciones por la fuerza (como los militares) carece de legitimidad debido a que existe nulo apoyo por parte de la mayoría y es sólo un sector (minoritario por cierto,una elite) el que avala a quienes ocuparán un cargo de conducción. Es desde este enfoque, que un puede aferrarse a la idea que algo en una institución no anda bien.
Todo este resumen, está orientado a un análisis exhaustivo con respecto a lo que acontece en nuestro pueblo con una entidad que provoca ciertos comentarios y reacciones en la población, pero que no se da por aludida ante el malestar que poco a poco va creciendo.
Esa entidad, es nada mas y nada menos que la Cooperativa de Obras y Servicios Públicos de Canals. En 2014, como en ocasiones anteriores, se realizó la elección del consejo directivo de dicha institución. Asistí escuchando y observando las actitudes y hechos que se sucedieron en las instalaciones del Club A. Canalense, en una noche fría y ante un puñado de personas que no llegaba a las doscientas setenta. Teniendo presente las palabras de Aguado (anterior presidente del consejo directivo) cuando me dijo en una entrevista radial que "si de seis mil asociados, vienen a la asamblea treinta y seis (es lo que habían asistido por entonces a aquella asamblea) quiere decir que estamos haciendo bien las cosas..." me he puesto a preguntar, pensar, analizar y poner en claro algunas cuestiones.
Pregunto: ¿se debe conformar con la magra asistencia de asociados?¿en verdad se cree que está todo bien ante esta situación? ¿no es un toque de alarma ver que pocos vienen y muchos hablan y provocan problemas después?
Analizo lo siguiente: se cuenta actualmente con un estatuto originado en la época de facto, por lo que obviamente es de corte prohibitivo la participación plena del asociado. No se tiene en cuenta el contexto económico y mucho menos aún se aspira a una "democratización" de la norma, no se tiene el más mínimo interés en que el asociado común pueda votar u opinar participando en la asamblea ya que terminaría con ese poder de privilegio.
Pienso, que se debería romper con las viejas estructuras y colocarnos a la altura de una sociedad moderna, dejando sin efecto este sistema para unos pocos y abrirla para muchos. Si para votar se deben presentar listas, y se asemeja todo a una campaña política...si el consejo Directivo debe ser integrado por varios miembros:¿porqué no se constituye un cuerpo como lo es el Legislativo municipal con oficialismo y oposición? Porque un grupo de oficialistas es como una manadacorriendo para el mismo lado donde todos tienen que (inevitablemente) aceptar lo que se dispone políticamente sin una voz que piense diferente, aunque algunos quieran hacer ver que no es así.(En charla informal aquella noche, un referente me decía que por más que el propusiera cosas, otro de los miembros siempre lograba imponer su idea).
En medio de esta cuestión, surge otro elemento que cabe mencionar: las condiciones que se ponen como regla para evitar la asistencia en masa de asociados. La condición de estar "al día" con la factura paga, es un impedimento para quien mes a mes lucha por poder pagarla y se atrasa inevitablemente (o se pagan los servicios o se come...muchos priorizan de forma variable cada mes) y es allí donde se produce un tipo de "proscripción" quitando el ánimo de participar del sociado, sumiéndolo en la idea del "¿para que? si siempre ganan ellos y la cosa sigue igual o peor.:".
¿Tenía razón Aguado cuando me decía que si no vienen está todo bien? ¿Porqué no pensar que se hizo lo posible por mantener al sector mas pudiente dejando al resto sin herramientas para fortalecer a la institución? ¿De verdad se creen legítimos conductores de la institución ante tan poca participación cuando no se cambian las condiciones normativas y se amplía el espectro de participación? Hacer la reunión en un lugar inmenso es correcto, el horario y el día lo es? dia de semana, y una elección que culmina cerca de la medianoche y con una baja temperatura sufrida por los presentes,¿es una imagen democratizadora para una entidad tan golpeada como la cooperativa de la cuales todos formamos parte para muchas cosas pero no para elegir a quienes la conduzcan?
Sugiero, desde mi humilde opinión, que se cambie la norma diseñada y aplicada en época de los militares,dejándola en el olvido de ese pasado tan oscuro, por una innovadora y mas democrática, donde ya no exista proscripción y el asociado tenga la posibilidad de participar abriendo mecanismos para que lo haga y lograr la legitimidad que le de solidez política de la institución.
Lograr el apoyo de un sector no es saludable para quienes ocupan el presente Consejo Directivo, porque con sus decisiones de coartar la participación del resto, lo único que se logra es una legitimidad ilegítima.Ya no se trata de insultar ni denigrar a nadie,sino de abrir los ojos a una realidad que nos afecta a todos y empezar a producir un cambio necesario, terminando con la elite de unos pocos y empezando a pensar en una institución de todos.
Ojalá alguien lea y coincida con este criterio....por el bien de nuestra cooperativa y el bien de nuestro Canals.
No hay comentarios:
Publicar un comentario