miércoles, 21 de mayo de 2014

EL CAPRICHO QUE PAGARÁ UN PUEBLO

Una de las tantas reuniones informativas del gremio

En el año 1994, se produce la cesantía del secretario general de A.T.E.M. en una decisión completamente arbitraria y fuera de contexto legal. El gobierno de Félix Amatriaín, dejaba despejado así su camino para cualquier reclamo laboral que pudiese surgir y que hasta entonces había logrado por intermedio del sindicato, las leyes que servirán de herramientas de defensa del trabajador municipal: la Ordenanza 393/88 (Estatuto del empleado municipal) y su correspondiente Reglamentación (Ordenanza 162/88).
Una vez descabezado el gremio, se produjo el estancamiento de la recuperación de derechos laborales. La ropa se dejó de entregar de forma continua para entregarla de forma esporádica y la cuestión salarial se vio perjudicada, mas aún cuando se suprimieron los Tickets canasta y se le pidió una "colaboración" al personal municipal, con un recorte en sus haberes para poder completar el proyecto de pavimentación, con la promesa de restituirlo en un futuro (cosa que jamás ocurrió) Durante sus dos períodos de gobierno,Amatriaín hizo su gestión sin ninguna oposición. Eso sí: hay que reconocerle,que supo ganarse el respeto ante sus decisiones,al punto de ser temido por el personal municipal.Transcurrieron once años de indefensión laboral. Nadie tomó la iniciativa de reconstruir el gremio, mas allá de los comentarios frecuentes y reiterativos de que había que tener a alguien que pusiera coto a esta situación y que terminara siempre en resignación.
En 2005, fue ya la grave situación vivida en la crisis del 2001 y que empezó a repercutir en el poder adquisitivo del trabajador, cuando el por entonces intendente municipal Fernando Wingerter, aplacaba esa deficiencia con "no remunerativos y por única vez" de montos que rondaban los quinientos pesos, y que pagaban a fin de año como un bono. Una gota en el mar de necesidades que existía en ese entonces.
Fue en Julio, cuando en esas noches frías,alguien golpeó la puerta de mi precaria casa (construida con mis manos y de mis compañeros de recolección Raúl Bustos y Germán Videla) y al abrirla, la figura de vasco Harreguy asomaba con la idea de reflotar el gremio.
En otra ocasión,relataré cómo se dieron las cosas para tal suceso, sólo diré aquí,que el vasco, fue el gran mentor y motor para que eso sucediera...el autor intelectual.
Tras la puesta en marcha del gremio,el Poder Ejecutivo se vio incomodado por nuestro accionar, y sufrimos varias agresiones por parte de los superiores, denigrándonos en algunos casos. Tras peticionar la cuestión salarial en varias ocasiones, siempre la cifra de recomposición curiosamente se daba en el mismo dígito: siete por ciento, que se daban en Marzo, Julio y Septiembre u Octubre.
Tras la crisis del 2008, la situación se agravó aún más, y fue donde en marzo donde hubo una medida de fuerza (la primera y única bajo mi conducción al frente del gremio) donde se trabajaban tres horas y las cuatro restantes se cumplían en corralón. El resultado fue que luego de cuatro días logramos el acuerdo y salimos airosos de esa situación.
Pero en ese año, la alianza (Unión Vecinal- Partido Justicialista) que había llevado al poder a Wingerter, se fracturó por incumplimiento de la unión vecinal hacia su aliado (debían pasar a planta permanente empleados peronistas y el vecinalismo dejó a los de su partido en calidad de efectivos) y todo el panorama cambió.
Una fría noche se produce una reunión de miembros del Honorable Concejo Deliberante y se me convoca para evacuar dudas sobre la cantidad de reclamos efectuados por el gremio. Entre esas tantas, hice una síntesis de historia y números que derivó en una pregunta:"y cuanto es el porcentaje que ustedes dicen que recompondría los sueldos?" sugirió un concejal. Mi respuesta fue que durante esos once años perdimos mucho y que debíamos estar un cincuenta por ciento atrasados en recomposiciones. Se llamó a un compañero que alguna vez ejerció un cargo en contabilidad,se desarmó el presupuesto,se hicieron proyecciones, se evaluó lo ejecutado y tras un exhaustivo estudio que llevó alrededor de cuatro días hasta altas horas de la noche, se acordó un porcentaje: el proyecto sería de un treinta por ciento. La semana entrante sería la sesión del HCD y contando con la presentación del proyecto,convoqué a mis compañeros al palacio municipal. Lamentablemente, el presidente del bloque radical se había apresurado y elevado el proyecto de un cincuenta por ciento (según mi primera apreciación) y fue rechazado por el cuerpo legislativo, provocando la reacción de lor trabajadores presentes esa noche, y que me costaba calmar sus ánimos. Aguardé el momento propicio y tras dialogar la respuesta fue contundente: "no fue lo que se proyectó ni se analizó." y tenía raz´´on, por lo que hubo que volver atrás con toda intentona. Pero finalmente se produjo, y ahora el trabajo consistía en convencer al presidente del bloque radical quien se sentía herido por  el revés a su proyecto. Logramos llegar a un acuerdo y finalmente se aprobó esa Ordenanza otorgando el treinta por ciento.
El intendente Wingerter, rechazó de plano el proyecto vetándolo y tras una segunda evaluación incluyendo el argumento del ejecutivo (alegando el "no tengo" que era música conocida ante nuestros pedidos salariales) y acompañado por el secretario de hacienda, no lograron evitar que se aprobara finalmente el proyecto transformándolo en Ley a pesar del veto.
La respuesta del Ejecutivo fue enviar a la justicia esa Ordenanza,desoyendo lo dispuesto por el legislativo y más allá de conciliar y convocar al gremio para lograr algún tipo de arreglo, se limitó a dialogar y seguir recomponiendo con el mismo siete por ciento que se manejó durante sus dos períodos de gobierno.
El gremio, ha iniciado acciones judiciales en 2010, y el monto que en algún momento era de unos trescientos cincuenta pesos al básico del personal, hoy sería de unos ochocientos sin mencionar el retroactivo que,en caso de un fallo a favor del personal;sería de unos dos millones de pesos, y que sigue creciendo mientras la justicia no resuelva. El actual intendente,en una reunión preelectoral con el personal, les había manifestado que no tenía intenciones de cumplir con la Ordenanza y la realidad muestra que cumplió con su palabra .
El tiempo pasa,y cuando la justicia falle,seguramente el municipio entrará en emergencia económica, pero el pueblo debe saber, que detrás hubo un gremio luchando por una recuperación salarial que no se modificó en once años, que una alianza se fracturó por traiciones de un partido hacia otro, y que la ley estudiada exhaustivamente y aprobada por un organismo del pueblo, no se cumplió ni se cumple en la actualidad.
Ésta es la historia, del juicio, que el pueblo pagará,por caprichos de gobiernos que no acatan la ley.
EL PUEBLO DEBE SABER...SERÁ JUSTICIA.

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